Cómo Evitar El Shock del Transplante

Artículo extraído de la revista TGM

Al transplantar estamos cambiando el entorno de una planta y, de por sí, esto implica un gran esfuerzo de su parte para adaptarse al nuevo hábitat. Plantar con cuidado y con conocimiento, contribuirá a que este proceso sea lo menos traumático posible.

  Cuando se transplanta un árbol o arbusto, este sufre una serie de trastornos que han sido identificados bajo el nombre de "Shock del transplante". Indefectiblemente, toda planta atraviesa este proceso al adaptarse al nuevo suelo; sus raíces deben volver a acomodarse y compatibilizar con la nueva tierra. Por consiguiente, es esperable la aparición de problemas durante el período posterior al transplante.

Uno de los problemas que se aprecia con mayor frecuencia radica en la falta de arraigue al nuevo suelo, resultando en el empobrecimiento de la planta. Las plantas recién transplantadas no gozan, por lo general, de raíces profundas y, en consecuencia, sufren de falta de agua. Cuando a una planta le falta agua, se torna más susceptible al clima, a los insectos y a las enfermedades, y es muy probable que no pueda funcionar apropiadamente.

Estado de shock

Hay síntomas, comunes a todas las plantas, cuando atraviesan un período de estrés a causa del transplante. En líneas generales, todas sufren un deterioro que se ve reflejado en la disminución del crecimiento (hojas más pequeñas o ramas más cortas). El crecimiento de una planta disminuye considerablemente en el primer año de transplantada, y en algunos casos esto sucede también durante los 3 años siguientes al transplante.

Pero hay algunos síntomas del "shock", más específicos, que se pueden describir como la quemazón en las hojas o su marchitamiento. El primero se manifiesta como un color bronce amarillento que aparece en el tejido que se encuentra entre las nervaduras, o a lo largo de los bordes de la hoja de plantas que pierden sus hojas en invierno. Este tejido decolorado, más tarde se torna marrón y se seca. El segundo síntoma suele manifestarse en plantas recién transplantadas, cuando sus hojas se tornan amarillentas y se ondulan y enrollan. En el caso de las coníferas, el primer síntoma de falta de agua se traduce en una coloración gris verdosa en el follaje de toda la planta; si los síntomas de sequía continúan, los extremos de la hojas toman un color marrón claro.

Descubra las causas

A menudo las plantas no se arraigan, simplemente, porque sus raíces son muy pobres o han sufrido lesiones. Pero hay factores puntuales que afectan a los árboles y arbustos con raíces desnudas, y que describimos a continuación:

· El mal transplante: si estamos plantando en tierra arcillosa, debemos usar tierra arcillosa para rellenar el pozo. Muchos libros de jardinería sugieren colocar turba de musgo, o algún otro elemento, al rellenar, pero esto no es recomendable. Es fundamental rellenar con el mismo tipo de tierra que la que está en el lugar. Si se rellena con tierra arenosa un pozo que está rodeado de tierra arcillosa, se produce el efecto conocido como "bañadera": se junta agua bajo la planta sofocando las raíces y, en muchos casos, provocando la muerte de la misma.

Otro punto a considerar cuando se planta, es la profundidad. Plantar muy profundo ocasiona sofocamiento de las raíces y, plantar al ras, les genera trastornos de temperatura y humedad.

Cuando se transplanta una especie que creció en un recipiente, se deben separar y desenrollar sus raíces para que estas no ocasionen la estrangulación del tronco de la planta. Siempre, antes de plantar, hay que remover sogas, piolines o alambres que puedan estar en el tronco, para evitar que provoquen daños al árbol.

· Prácticas de riego inadecuadas: el riego es especialmente crítico en el primer año de transplante. Regar mucho es tan nocivo como regar poco. La frecuencia y la cantidad de riego, debe ajustarse al tipo de suelo y a las lluvias. Durante la etapa de crecimiento es recomendable que las plantas que están en suelos con buen drenaje reciban, al menos, 25 milímetros de agua por semana, mientras que las plantas en suelos con mal drenaje, pueden subsistir con menos agua.

· Incorrecta elección de la especie: en el momento de plantar es importante tener en cuenta la adaptabilidad de la planta al lugar. Se deben seleccionar las plantas de acuerdo a las condiciones prevalecientes del lugar y de acuerdo a la región. Colocar una planta adaptada a suelos ácidos en un suelo alcalino, es crearse problemas.

Recomendaciones

  1. Elija la planta apropiada para el lugar apropiado.

2. Inspeccione bien las plantas antes de comprarlas. Fíjese que tengan crecimiento y un buen color. De ser posible, pídale al vendedor que las extraiga de la maceta para poder ver las raíces, que deberían ser blancas y abundantes. Si éstas son escasas y oscuras, busque otra planta.

3. Plante correctamente y cuide la planta durante los años siguientes al transplante. Riegue en períodos de sequía, pero asegúrese de no regar en exceso.

4. No se impaciente si la planta no crece en el primer año; las plantas leñosas necesitan varios años para establecerse en el entorno.

Cuando una planta muere, trate de determinar la causa. Considere los resultados y evalúe las condiciones a las que fue sometida dicha planta. ¿Poca agua?, ¿mucha agua?, ¿la planta no se encontraba adaptada a la región?. Identifique y corrija el problema antes de colocar la misma planta en el mismo lugar. Sepamos entender las necesidades de las plantas, para obtener mejores resultados.